lunes, 28 de enero de 2013

Libertad






Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.


Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas. 

Miguel Hernández

1 comentario:

  1. Es imposible leer esos versos sin que en la cabeza resuene la voz de Serrat cantando.

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